'Space Oddity', 40 años de un disco de otra galaxia

Imaginemos la escena. Un David Bowie de 21 años acude con sus amigos a una sala de cine en la que proyectan 2001, Una odisea del espacio. El impacto es inmediato. Y no solo se nota en la canción Space Oddity. La película marca el estilo que seguiría este músico sin igual cuya influencia todavía es inagotable. El propio Bowie afirmaría: “Unas cuantas películas me marcaron en los 60 y una de las más importantes fue el 2001 de Kubrick. Me acerqué al sentimiento de aislamiento. Ésto y otros elementos sentaron las bases para un montón de actuaciones que ofrecí, y probablemente predijo mi estilo de vida en los 70”.

Se cumplen cuarenta años de la publicación del álbum magistral, que recibiría el nombre de esa canción, Space Oddity, quizá su trabajo más reconocido. Todo ello en el mismo año en el que se celebra la llegada del hombre a la luna, un hecho que la BBC acompañó precisamente de la melodía espacial de Bowie.

Aquel que cantase a la vida en Marte, al hombre de las estrellas y que, de la mano de Nicholas Roeg, viajó a la tierra procedente de un espacio desconocido, acercaría con este disco el folk a la música psicodélica y mostraría como evolucionaría en rock progresivo años más tarde. Lo hizo de la mano de Tony Visconti, un productor norteamericano al que conoció en 1967 y que se hizo muy amigo suyo: ambos compartían muchos intereses. Pero lo curioso es que la canción que daría título a este trabajo la produciría otro, Gus Dudgeon, sugerido por el propio Visconti. Y es que cuando éste escuchó el tema, no dudó en ser sincero con Bowie: “No, no voy a hacer eso. Es terrible”. 

Colaboraciones afortunadas

“Ground control to major Tom” (“Control de tierra a comandante Tom”), cantaba Bowie en los primeros compases de un tema para el que trabajó por primera vez con el teclista Rick Wakeman, que dominaba un instrumento difícil: el Mellotron. Además, colaboró el bajista Herbie Flowers, que también le acompañaría en un muy reconocido Diamond Dogs. El baterista fue Terry Cox y el guitarrista Mick Wayne, que no quedó muy contento con su contribución en el tema principal. No pudo utilizar su propia guitarra y, además, Visconti y Bowie eligieron su primera toma, que no le terminó de convencer.

“Profundo, pensativo... Es más que un disco. Es una experiencia", escribiría el crítico Penny Valentine. "Una expresión de la vida tal como la ve David Bowie. Un poema lírico lleno de la grandeza de ayer, de la urgencia de hoy y de la futilidad de mañana. Esto bien vale su atención”, añadiría.

Los fans de tan magno álbum están de suerte. Aprovechando el aniversario, Emi publica un doble CD especial que incluye un libreto con fotografías inéditas, memorabilia, textos y cronología escritos por Kevin Cann. El disco uno contiene el álbum original remasterizado a partir de las cintas analógicas; el dos ofrece 15 bonus track, de los que ocho nunca se han publicado con anterioridad, incluyendo dos demos ultra raras.

Fuente: El Confidencial